Porque alguna vez creyó tener su sol
y éste se fue en busca de otro amor.
Y su alma, lejos de parecer hielo, ante la falta de esa luz, pensó:
"Por qué habría de angustiarme tras su ausencia?
Si aquel sol, como yo, se formó de nuestro amor" Cerró la puerta con suma prudencia y espera otra estrella para fundir de a dos.
Hay que saber ser flor mientras vuelan guadañazos.
Ser princesa sin un rey que te estreche entre sus brazos.
Saber ser un ángel en un infierno permanente.
Ojalá que la vida me siga presentando gente con un grado mínimo de tu sensibilidad.
Para así poder creer que, aún hoy, puede haber honestidad.
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