Siempre tuve la atención dispersa y hoy no fue la excepción.
¿Para qué me acuerdo de cosas si después no estoy lista para bancarme las conclusiones?
No te juzgo, nunca te juzgué. Ni siquiera cuando más te necesité y no estuviste... y te justifiqué.
Qué tarada.
Hoy me di cuenta que en ese momento fui una carga.
No quiero ser una carga para nadie más, nunca más en mi vida.
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