Estoy cansada. Cansada de poner siempre una sonrisa cuando el mundo me lo pide, cansada de tratar de no lastimar a nadie, cansada de dejar pasar las cosas... No es que me queje, si hago algo es porque realmente siento que debo hacerlo así, digamos que me provoco una autocensura. Pero la pregunta es: ¿Por qué?
Estoy pasando por uno de los mejores años de mi vida, estoy feliz. Estudio, tengo una familia que me quiere, un novio que me ama, unos amigos que me bancan en todas... Pero siento que algo me falta.
¿Estoy conforme con todo eso? ¿O quiero más?
Otra vez estoy en medio de la encrucijada de dar todo de mi a cambio de algo que sea recíproco o si dar sin esperar nada a cambio.
Hay un problema con eso, y es que si alguien hace algo espera una mínima respuesta, y a mi no me vengan con eso de hacer por hacer porque es imposible. Uno espera una recompensa, un trato parecido pero no siempre llega.
O tal vez la persona de la que esperamos algo no tiene los mismos intereses que al principio, o las mismas ganas. Todo es válido.
Tal vez deberíamos tener un cartelito luminoso en la frente que indique lo que pensamos, así las ganas de elucubrar fueran otras o simplemente nos ahorraríamos muchos dolores de cabeza.
Parece que siempre me estoy buscando nuevos problemas, capaz necesite tener mi cabeza ocupada y eso hace que desconfíe de todo y de todos. No quiero que me lleve a tener que cerrarme y hacerme impermeable otra vez, pero de a poco siento que eso voy a lograr, que me está pasando de nuevo.
Si no recibo una señal, algo que me diga que el cambio valió la pena, algo que me demuestre que lo que hago puede volverme como me gustaría, voy a terminar como estaba antes, salvo que estudiando, teniendo una familia que me quiere, un novio que me ama y unos amigos que me bancan en todas.